#agenciapyme- “Vuela alto”, sin límites y ayuda a otros a volar fueron quizás las premisas que motivaron en el 2015 a dos jóvenes pilotos de aviones comerciales a crear una innovadora empresa que asesora y capacita a personas en las operaciones de drones, que además ofrece sus servicios aéreos.
Y es que Valto, que significa vuela alto, es el nombre de la joven empresa. Y es joven por donde se quiera mirar, uno porque sus creadores Santiago Espitia tiene 28 años y Felipe Castillo 26 años y dos porque Valto, apenas va a cumplir dos años de iniciar operaciones.
Iniciaron comercializando drones a pequeña escala, pero el despegue de Valto se dio cuando salió la Circular 002 de 2015 de la Aeronáutica Civil que en esencia reglamenta el uso o vuelo de estas naves operadas a control remoto en Colombia. En el lenguaje de los pilotos es conocida como RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems, que del inglés traduce Equipos Aéreos de Operación Remota).
De allí encontraron que con su experiencia como pilotos comerciales podrían asesorar a las personas que utilizan estos artefactos voladores, a no infringir las normas aeronáuticas y a cumplir con ciertos protocolos de seguridad, así como la de capacitar a nuevos pilotos en el manejo de los drones.
Muy pronto encontraron que con sus drones podían ofrecer los servicios de vídeo y fotografía aérea a eventos, agencias de publicidad y a la cinematografía, favoreciendo la realización de las producciones evitando el riesgo del factor humano.
En el sector de la construcción Valto puede hacer seguimiento y monitoreo a las obras, medir el impacto ambiental, modelos en 3D, acceso a lugares de riesgo o difícil alcance para personas y levantamientos topográficos, entre otros. En la agricultura les ayudan a los cultivadores a tener mayores producciones con baja inversión, pues con el uso de estas aeronaves se puede identificar los riesgos de los cultivos para toma de decisiones rápidas y precisas. Con sensores de alta precisión se pueden observar las condiciones de las plantas como la absorción de luz, tasas de transpiración y porcentaje de humedad, para así determinar la salud del cultivo.
La empresa actualmente está conformada por diez personas entre pilotos, ingenieros, fotógrafos, cineastas y asesores jurídicos. “Es primordial la seguridad y en ese tema enfocan la mayoría de sus recursos” dice Santiago. Tanto así que tienen una sicóloga porque el factor humano es delicado y se deben minimizar los riesgos que afectan a un piloto para que no hayan accidentes. “Los controles son exigentes, comenta Santiago, a los pilotos se les hacen pruebas en varios aspectos, pues un error humano puede convertirse en una tragedia”
En Valto sus jóvenes creadores se preocupan por el tema aéreo de los drones. Sienten que su deber es apoyar la legalidad, la seguridad y la regulación por los riesgos que acarrea, comenta Felipe. Y agrega que dentro de los beneficios de su joven empresa están la agilidad en el tiempo de respuesta, que con sus equipos pueden llegar a lugares remotos y perspectiva diferente con detalles más precisos, aspectos que se traducen en rentabilidad.
Dentro de sus horizontes próximos Valto adaptará a sus drones cámaras térmicas y multiespectrales para monitorear los pequeños cambios en la radiación visible e infrarroja que las plantas reflejan. En este sentido, también se enfocarán en la búsqueda y rescate durante emergencias, lo que pone su toque social y humano.
Contacto: (+57) 321 231 03 06 / (+57) 312 441 00 67
www.valto.co
