#agenciapyme- “Hemos llegado a muchos lugares para enseñarle a la gente a consumir algo saludable y rico. A que se alimente bien y goce un delicioso postre endulzado con estevia, fructosa, sirope de agave o miel”. Así explica Daniela Pérez el impacto social de la empresa Madame Sucrée haciendo pedagogía sobre nutrición sana.
En su página web recomienda además todos los lunes una lonchera saludable, sugiriendo consumir por ejemplo muffins de quinua, barras cereales o crackers de avena, tortas de banano con ariquipe, galletas de chocolate con mantequilla de maní y torta de chocolate con quinua.
Daniela es tecnóloga en gastronomía del Sena y estudió también gestión de restaurantes en Perú y pastelería en Francia y España. Cuando regresó al país encontró que en el mercado laboral colombiano le era muy difícil lograr una buena remuneración, de acuerdo con sus aspiraciones y preparación. También descubrió que había una tendencia creciente de gente que quería mantenerse saludable, haciendo ejercicio y consumiendo pocas calorías. Una tendencia muy americana, muy nuestra, a diferencia de Europa, donde casi todo se endulza con azúcar y no es tan importante lo grasoso de una comida. Aquí la gente comenzaba a pedir comidas fit y, por cuestiones de salud, alimentos bajos en azúcar. En ese marco, en 2015 nace Madame Sucreé, un nombre surgido de haber vivido en Francia, sonoro y fácil de recordar.
Como en todo emprendimiento, al principio tuvo problemas. Daniela destaca que se le complicó la parte administrativa “porque no hay seriedad en cuanto a la asesoría pública gratuita, faltan guías contables y administrativas”.
En el Sena le asignaron un asesor pero no ha tenido los resultados esperados. Al final lo está haciendo por su cuenta y pagando a varias personas para que la ayuden y guíen poco a poco en todo el proceso. “No existe una institución amigable, más personalizada y ajustada a las necesidades de cada emprendimiento”, comenta.
Otro problema son los canales de distribución. Es difícil comercializar el producto, conseguir quien lo venda. La experiencia suya no ha sido muy grata ofreciendo una vacante. Se inscribió en una agencia pública de empleo, le dieron un registro -si se le vence le toca ir y hacer largas colas para renovarlo-. “Y eso es para ofrecer un empleo. Y en una agencia privada toca pagar. Es difícil…”, advierte. Enviar un pedido a otra parte del país constituye otra dificultad. Las empresas de transporte no llevan alimentos perecederos. “Me ha tocado ir al Terminal para desde allí mandar el producto como encomienda”, añade.
Empezó vendiendo cien unidades al mes y ahora vende 600 en ese tiempo, distribuidas entre Bogotá, Ibagué, Bucaramanga y Valledupar. Toda su oferta la elabora ella sola, con la ayuda de otra persona y como outsourcing el servicio a domicilio.
A Madame Sucreé la encuentran los interesados en la página web www.madamesucree.com, donde pueden entrar y hacer sus pedidos. Pero también distribuyen en varias tiendas fit que están muy de moda en Bogotá. En esta ciudad sus productos se encuentran en ocho puntos.
Claro que sueñan con más puntos de venta y distribución nacional y que sean reconocidos como una pastelería fina y saludable. Y para ir cumpliendo los sueños, el próximo semestre abrirán un punto propio donde sus clientes puedan llegar a ver los productos en vitrina y se sienten a disfrutarlos.
